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Nunca me cansaré de mirar y analizar estas fotos de Corinne Day. La fotógrafa británica, autodidacta en sus principios en aquellos rebeldes 80’s, supuso un antes y después en la fotografía de moda. Sus retratos, de apariencia infantil e inocente, han supuesto durante años un gran referente para los profesionales de la moda. Ella fue la autora de las fotografías que lanzaron a una jovencísima Kate Moss al estrellato, a lo más alto, donde (la gente se pregunta cómo) sigue estando. Actualmente realiza continuas exposiciones por las mejores salas del mundo. Lo compagina como fotógrafa para el British, Italian y Japanese Vogue, y aunque su estilo es variadísimo, yo me quedo con aquel que le llevo a la fama, éste.
Anoche, el popular blog fashionalistas organizó una mega party en el Lay Down del mercado de Fuencarral en Valencia. A punto estuve de no ir por un inmenso dolor de cabeza acompañado de un constipado y por el hecho de asistir sola. Pero sabía que no me lo quería perder. Tenía buenas vibraciones acerca de lo que podría suceder esa noche. Me puse un estupendo vestido que causó furor, me ”acredité” por Tendencias y me encontré a unos cuantos viejos amigos que animaron –todavía más- la velada. Recibí millones de flashes, entrevistas para blogs e incluso una oferta de trabajo para hacer una campaña de publicidad. Tras un par de copitas de vino, un desfile de lo más amateur y unas cuantas canciones de los 12dolls, me volví a casa orgullosa y realizada.
Con la llegada del nuevo milenio todos (diseñadores, periodistas, empresarios…) auguraban un cambio total en la estética que se iba a lucir. Y yo me pregunto, ¿Cambió algo? Llegaron los ceros, el euro, y la crisis mundial, pero, donde están esos looks futuristas que tanto esperábamos? Hemos tenido que esperar diez años para toparnos con ellos. He aquí la nueva colección primavera-verano 2010 presentada en París por el siempre extravagante y polémico Alexander McQueen. Bajo el título “Plato’s Atlantis”, las modelos desfilaron sobre la pasarela con vestidos metálicos de gran efecto óptico en tonos ice, plumas o prints, sobre unos zapatos de plataforma de aspecto ergonómico y un estilismo inspirado en StarTrek. ¿El resultado? Un viaje al futuro de lo más apetecible.